La fisioterapia veterinaria permite prevenir lesiones, reforzar y mantener la forma física además de restaurar el movimiento tras una lesión y mejorar así el bienestar animal. Los veterinarios tienen atribuida legalmente en exclusiva, y como reserva de actividad, la competencia profesional del cuidado, el control, el diagnóstico y la curación de las enfermedades de los animales.
Las enfermedades dentales, orales y maxilofaciales son, de lejos, las más comunes que se encuentran los veterinarios en pequeños animales. La afección dental no diagnosticada y/o tratada conlleva una serie de efectos negativos que repercuten en la salud y el bienestar de las mascotas, y esto puede derivar en un problema de bienestar animal.
Los veterinarios asesoran y orientan a los ganaderos sobre todo lo que necesitan sus animales, diseñando un plan de llegada de los animales a las granjas, de alimentación e hidratación adecuado, protegiéndoles de enfermedades infectocontagiosas y controlando su bienestar y haciendo un seguimiento sanitario (diagnóstico y tratamiento; procesos como desparasitación, vacunación y desinfección) hasta que van al matadero.
Son los veterinarios quienes se ocupan de analizar los riesgos medioambientales y de bioseguridad. Ellos son la primera barrera sanitaria con la que se topan los agentes zoonóticos (bacterias, virus, parásitos y hongos). Durante la pandemia, su labor ha sido crucial.
Los veterinarios, además, tienen una responsabilidad, y también una oportunidad, de salvaguardar nuestro medio ambiente para las generaciones futuras. Sus acciones pueden ayudar a mitigar los efectos del cambio climático, garantizar la eliminación adecuada de los medicamentos y apoyar el uso responsable de los recursos naturales (por ejemplo, agua y alimento) necesarios para la cría de ganado.